21.12.11

Me da miedo asomarme a este precipicio, ver esas luces tan lejanas y pensar que nunca encontraré el punto donde fueron clavadas para que fueran contempladas desde esta altura artificial. He tenido que desviar la mente hacia otra ciudad para domar los pensamientos insanos que estaban provocando las intrusas en cuestión, vacilando todas las leyes que establece la física moderna para el control de la propia mente. Sin embargo, ese destello intermitente hace que olvide cualquier tipo de refugio inventado y quede absorto en su naturaleza infernal, llevándome a una oscuridad donde la soledad se hace protagonista de mis pesadillas, como ocurría cuando no era más que un niño, hace ya unos días...

He intentado tapar esto con la cortina que cuelga junto a la cama, pero el miedo se ha convertido en excitación, y ésta, en calma nada más abrir el resquicio y volver a ver esas viejas conocidas, cuasi cotidianas, por la naturaleza que les concede tan corta vida pero, al fin y al cabo, parte de ese cielo negro invernal que tanto aprecio. Su silencio...

No comments:

Post a Comment