
No me jodas la vida, no me la jodas. Es súmamente injusto que acabaras con lo nuestro hace no tanto, porque ochocientos kilómetros te impedían pensar en algo serio, porque el norte era frío y maldito.
Ahora quien te acompaña está a la misma distancia, más al norte aún, y hace que me vuelva más pequeño y acomplejado.
Es fácil joder a alguien un cuatro de agosto a mediodía.
Qué injusta es la vida, sólo tengo ganas de vomitar el rechazo que se me acumula dentro.
No comments:
Post a Comment