6.2.11

Me urge la necesidad de escribirlo, de expresarlo y de sentirlo. Me he despertado junto a ti, nuestros cuerpos juntos. Era el mismo lugar de todas las mañanas pero entre un sinfín de circunstancias nuevas que cambiaban por completo el escenario. Es escuchar el latir incesante de tu corazón, tu respiración holgada y el sonido que hacen las sábanas al rozar tu piel... Recordarlo es creer que fue algo atemporal, elevado y magnífico; nadie diría que fue hace unas horas.

No es sólo tu belleza, tus ojos, la suavidad de tu piel, tu sentido del humor o la calma que me transmites cuando estás a mi lado. Es tener tu corazón tan cerca, acompañar las noches más felices, soñar que al despertar estarás conmigo y que se cumpla. Darte un beso bajo la luz blanca del amanecer... No sabes la cantidad de sensaciones que me produces, el vacío que llenas, el calor que borra el invierno y la de torres que podrían caer con la fuerza que me transmiten tus ojos.

No puedo parar de llorar de felicidad, te quiero.


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