NORTHBOUND

Si supieras lo que te echo de menos...

Noto cómo se rompe el corazón cada día que nos separa más de Madrid, y tú ya no sabes nada. La vida siguió para ti y se estancó para mí, se estancó en tu persona, en nuestros momentos juntos, en las locuras que vivimos y en un recuerdo que ahora vives con otro.

Vivo en un refugio sin suelo, cualquier día me caeré y ni te darás cuenta... Por una parte te odio y por otra te sigo queriendo... Y ya ni te acuerdas de mí... La de veces que tu nombre está en mi boca, que prometes venir a mi ciudad y se me acelera el pulso... Y después ni te acuerdas...

Si supieras que lloro nada más pensar la noche de un 6 de diciembre... Si supieras y sintieras lo que llevo por dentro, ahora sería feliz, lejos de refugios y cuidados personales que me ofrezco a raíz de esta infelicidad que lleno con montones de cosas materiales que hacen que cada vez piense más en ti, porque todo el dinero que tengo no compra suficiente materia como para tapar tu recuerdo...

Lo siento pero es así. Me gustaría pedirte una oportunidad o pasar de página, porque han transcurrido 8 meses y sigues siendo la razón por la que nadie me llene. Te tengo olvidado y de repente vuelves a mi corazón de sopetón... Haz algo, hazme feliz si es posible. Yo te prometo lo que me pidas, porque hiciste que sintiera la vida por primera vez y la mataste a la vez, y desde entonces he vuelto a ser la persona que piensa en métodos a los que llegar a la felicidad, cuando toda ella ha sido causada por tu presencia en mi vida.

Estoy roto, y si sentiste como sentí yo la primera vez que nos vimos en esta estación de la capital... Si lo sentiste, ya sabes lo que tienes que hacer.

Yo... te quiero.